Del consumo al consumismo
Por: Dannisol A.B.
Steve Jobs decía “No puedo ir a preguntarle a los consumidores qué es lo que desean, porque durante el tiempo que este desarrollándolo ellos van a desear algo nuevo”.
Frase clara y contundente, resultado del mercantilismo de la publicidad y los Mass Media que se convirtieron en mercaderes de ideas y estilos de vida que, más allá del pensamiento, obstruyeron y pervirtieron al hombre y sus relaciones de consumo.
Por lo anterior, no podemos hablar de consumo sin pensar en la publicidad y mucho menos en la cultura. Por definición, el consumo es considerado como una acción o un efecto –valga la redundancia- de consumir, desde comestibles hasta gastar energía, todo dentro de una connotación de vida efímera[i]. Pero en realidad este razonamiento se queda corto para el desarrollo que el término ha adquirido con el paso del tiempo.
El capitalismo abrió las puertas del mercado a toda clase de posibilidades las cuales dio a conocer a través de los medios masivos de comunicación, y como no, la publicidad, de manera que el sujeto, objeto de consumo, pudiera “escoger” entre lo que deseaba y lo que necesitaba; gracias a ello la oferta y la demanda existentes crearon una cultura de consumo inconsciente y desmedida a la que hoy llamamos “consumismo”.
Para muchos pensadores, la generación de este término, desemboca en un modelo socio económico donde el hombre se relaciona con lo que desea o necesita de manera casi que patológica, ajena a la razón y la lógica de la calidad de vida o la misma supervivencia humana.
Como dijo Erich Fromm “La actitud inherente al consumismo es devorar todo el mundo”[ii] y en esa medida, la relación que el hombre tiene con los objetos que consume, no es relevante, es fugaz, pues los objetos son despilfarrados y remplazados por otros, ni siquiera alcanzan a cumplir su “vida útil”.
Sin embargo, en un principio se pudo pensar que “el consumismo comienza como una liberación”; en este sentido Mary Douglas hizo una reflexión en torno a los hábitos de consumo desde dos perspectivas socioculturales, planteando[iii]:
- “La rebelión consumista”, donde el consumidor se rebela frente a la sociedad que de alguna manera lo subyuga con sus críticas y juicios de valor social, cultural y económico.
- “El consumismo irreflexivo” se refiere a una relación más directa con las prácticas culturales y sociales que generó el auge del capitalismo, donde la cultura tiende a convertirse en victima de la mercantilización y los hombres consumen por consumir, sin ninguna razón o justificación.
En este orden de ideas, en la primera, el consumismo hace parte del derecho a liberarse de la “opresión sociocultural” con la que convive el sujeto de consumo; y en la segunda, el hombre es emboscado en su propio ambiente quedando atrapado en el complejo mundo de la adquisición de ideas fatuas de status, al punto de creer que los objetos dicen o definen quienes somos, indican la pertenencia a una clase social y la sociedad en la que vivimos.
¿No cree usted, que todo esto invita a la reflexión?
Ahora que el desarrollo humano, tecnológico y ambiental han dilucidado los alcances del consumismo ante el actual modelo capitalista globalizador, y refuerzan la idea de rescatar al hombre de las convicciones y creencias que dichos modelos socioeconómicos y culturales tejieron en él. ¿Cuál debe ser la postura del publicista?, ¿si el consumismo hace referencia a grupos sociales determinados, entonces este sólo es una convicción? ¿qué ocurre con la cultura? ¿Cómo alejarnos del Consumo Irreflexivo – consumismo – y promover un consumo responsable?
Comparta con nosotros su opinión.
[i] Definición de la RAE
[ii] Fromm. Erich “Tener o ser” Fondo de cultura económica. 1996 pag198
[iii] Douglas Mary “Estilos de Pensar” capitulo la rebelión del consumidor” Editorial Gedisa S.A. España 1996. pag117- 134