Escribe: Alberto Morales
Fue una responsabilidad ganada en franca lid ante convocatoria del Banco Interamericano de Desarrollo BID y la Alcaldía de Medellín.
Enfrentamos el trabajo en la perspectiva de desentrañar sistemas de creencias, relatos culturales dominantes. Los descubrimientos fueron notables.
Mientras en el pasado, las campañas de prevención del embarazo adolescente asumían a las jóvenes como el grupo objetivo único y se las convocaba a “cuidarse”, esta estrategia se diseñó por fases.
La primera de estas fases busca poner en boca de los habitantes de la ciudad – y en particular de aquellos con mayores niveles de vulnerabilidad concentrados en los estratos 1 y 2 -, el tema de la sexualidad, propiciando el diálogo y muy especialmente el diálogo intergeneracional.
La segunda fase plantea las inequidades de género culturalmente establecidas, y procura cuestionarlas.
En su última fase la campaña confronta prácticas y creencias cotidianas asociadas a la sexualidad y la maternidad-paternidad, proponiendo modelos alternativos.
Esta perspectiva permite descubrir el poder de las creencias, de las culturas, en los comportamientos humanos.
Una confrontación con los “relatos dominantes” en torno al tema de la sexualidad, amplía el espectro de los grupos objetivos. De hecho, adultos, padres de familia y sobre todo los muchachos se incorporaron al grupo de personas a aludir.
La campaña está en proceso de evaluación luego de la exposición mediática. La controversia es la constante y, a más controversia, nosotros desde luego nos sentimos más satisfechos.
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