Escribe: Dannisol A.B
El término en sí es obsoleto, sobre todo cuando te das cuenta que ninguna marca se posa en la mente del consumidor. La marca no es un sombrero, ni siquiera un accesorio.
Si buscamos el término “Posicionamiento” en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), encontraremos que se define como la acción y efecto de posicionar. Y posicionar, como la toma de posición.
Y así sucesivamente, descubriremos que posición hace referencia a la postura, la actitud, la disposición, la manera de pensar y /o acción de poner. Definiciones poco o menos abstractas y claras para el tema, pero si bien directas.
Por lo tanto, ¿tiene sentido la palabra “posicionamiento” para las marcas?, ¿acaso para el marketing y sus estrategias?
Realmente, cuando un consumidor se identifica con una marca no es la marca que se ha posicionado en su mente, es el hombre sujeto de percepciones y creencias que la ha reconocido. El hombre al identificarse con una marca, la reconoce como parte de su cotidianidad, de sus creencias y percepciones o simplemente la distingue como parte de la cultura en la que se ha desenvuelto a lo largo de su existencia.
En consecuencia, es más coherente pensar hoy en reconocimiento que en posicionamiento de la marca, pues el consumidor ya no es un sujeto cualquiera al que le vendes una idea o pretendes manipular con publicidad; es un CULTUMIDOR, una persona que toma sus decisiones de compra mediado por su cultura y su sistema de creencias. En él, la percepción y los valores de la marca tienen mayor fuerza que la misma relación costo – beneficio.
Mary Duglas expresaba que toda decisión de compra implica una postura frente al mundo. No es arbitraria la selección de un color, de un producto o de una marca, en tanto cada uno de ellos representa algo, significa algo para ese consumidor.
Finalmente, ¿te has dado cuenta que las creencias tienen un poderoso impacto en cada decisión y que estas anidan en las culturas?
Tu opinión es importante.
