El ejercicio periodístico y comunicativo se enfrenta cada vez más al valor ético de su labor y al desarrollo inmediato de la noticia.
“El mundo es como cada quien lo mira”, y por ello es inevitable no caer en contradicciones y observar diversos puntos de vista de hechos o sucesos que responden a un qué, un cómo, un por qué, un cuando y un dónde. Es así como en las noticias, una información escueta, sin adjetivos ni preámbulos, se divulga. Con o sin detalles, se cuenta y se fotografía generando un sin fin de emociones que socavan la razón y el ánimo de quien las ve, las oye y, definitivamente, las vive y las siente.
Todos tienen una perspectiva diferente y aunque el deber ser del periodista es informar, no siempre ésta es una labor agradable. Detrás del periodismo hay un ser humano, un profesional y un medio al cual rendirle cuentas y que debe su falta de objetividad e independencia a las dinámicas capitalistas de los bloques económicos que encontraron en la adquisición de medios de comunicación, su “gallinita de los huevos de oro”.
He aquí el meollo, el por qué resulta en una verdad incomoda el desarrollo ético de los medios de comunicación en situaciones difíciles.
Por más que exista un protocolo para publicaciones o se cree una empatía, el afán de la primicia y el ganar o retener audiencia conllevan al recrudecimiento obsceno de la realidad, al discurso encarnecido y a la dilatación del dolor que agotan la comunicación y prolongan la misma información hasta exacerbar los límites del respeto, atravesando definitivamente la delgada línea entre la comunicación veraz y el amarillismo informativo: el alimento de los intereses económicos de los Mass Media.
En este sentido, el refrán “ni mucho que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”, cabe perfecto en las relaciones que hoy asumen los medios de comunicación con el hombre, teniendo presente que estos no se hicieron solos, han sido creados y construidos por él mismo.
¡Un penoso absurdo, que devela no sólo las diferencias culturales o las distintas creencias que nos pernean sino también la falta de equidad, la incongruencia social y de oportunidades que como individuos y comunidad poseemos y debemos practicar.
La comunicación sirve al hombre tanto como él se sirve a ella; es su obra, su lucha y a veces, su vergüenza.
___________________________
Infografía de Contra la Impunidad: Los dueños de la información 2012