Escribe: Laura Bonilla
@lalitabon
Las redes sociales hoy por hoy pueden brindar un sinnúmero de posibilidades comerciales, económicas y sociales a las marcas.
Una de las enseñanzas que han dejado las redes sociales es que los segmentos del mercado no son necesariamente demográficos y económicos. En el pasado, la perfilación de público objetivo, cliente o como quiera que le llamaran, se hacía alrededor de su capacidad económica, su lugar de origen, idioma y otra cantidad de puntos en una check-list que parecía una batalla naval, como si el consumidor se encontrara en un plano cartesiano y ello determinara sus hábitos de compra y sus gustos. Si bien funcionaba, esta segmentación no hablaba necesariamente de la realidad completa de quien estaba del otro lado de la vitrina. La red social puso en evidencia lo que siempre había estado: las personas se han reconocido como grupos sociales a partir de aquello que pueda expresar su propia idea de sí mismos y el acto de consumir no se escapa de esto, lo interesante de la red es que permitió ver que esas identificaciones no se expresan necesariamente en términos de territorialidad ni de edad necesariamente, e incluso, ni en términos de capacidad de compra.
En cuanto a la capacidad de compra, en el mercado actual los procesos de identificación no necesariamente implican el consumo de una sola marca, pero sí de un grupo de marcas con valores en común. Me explico: es posible que tanto en Colombia como en España, o incluso en Medio Oriente (donde no hablan español y muchas veces ni ubican mentalmente a Colombia en el mapa) estén comprando la camiseta del 10 del Real Madrid, pero también es posible que en Colombia, en Medio Oriente (muy cercano a China) o incluso en España (que está en crisis económica) se compre en mayor volumen una “réplica” de la misma que no tiene la marca de Adidas. Tanto la camiseta original como la copia, obedecen al mismo proceso de identificación con un grupo futbolístico, con un país y con un personaje en específico y aunque por la dicotomía original-copia, la original tenga un valor simbólico mayor, también es cierto que la copia habla de la misma pasión por un tema en particular.
Las marcas hoy están en la obligación de entender ese mercado que identifica su propio yo con ellas, con el sistema de valores que vende. En la medida que entiendan estos procesos podrán mínimamente reconocer su segmento real del mercado.
PD: si la marca se olvida de su público, ocurrirá como cuando tienes un amigo… si no hablas con él, lentamente se volverá un extraño.
Las marcas en la era de las redes sociales tienen múltiples oportunidades.
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