Escribe: Alberto Morales
Hombre, ¿cómo puede ser que mientras el mundo, el conocimiento y la tecnología se mueven a grandes velocidades y todo cambia, existan aún “expertos” que pontifican sobre el “posicionamiento”, una palabreja utilizada en publicidad hace ya más de cuarenta años?
Los teóricos del “posicionamiento” insisten en darle oxígeno a esta vieja teoría, pero ella ya no tiene remedio.
El posicionamiento no encaja en el escenario de la guerra de los mercados, el posicionamiento es irrespetuoso con el consumidor contemporáneo.
El posicionamiento, cuando más lejos ha llegado, mira a los consumidores si acaso como individuos.
La Comunicación Perceptual en cambio asume a los consumidores como personas, seres humanos diferentes que integran sistemas de creencias, sujetos de relaciones culturales.
La segmentación, conforme se conocía en el pasado, ya no funciona.
Ahora, los verdaderos segmentos son segmentos culturales.
La Comunicación Perceptual plantea que las decisiones de compra se configuran a partir de las creencias.
Tomar decisiones publicitarias al margen de lo que los clientes creen, de lo que ellos piensan, será un error de proporciones gigantescas.
La idea ingenua de que un creativo talentoso produce una idea formidable y esa idea convertida en mensaje le da una “posición” al producto en la mente del consumidor, resulta finalmente irrespetuosa con ese cliente que tiene el poder de elegir en el marco de un escenario de competencia.
La Comunicación Perceptual ha sido concebida para generar empatía entre el cliente como persona con la marca. La Comunicación Perceptual encaja con toda la concepción de la inteligencia de marca.
La Comunicación Perceptual hace obsoletas todas las teorías existentes en torno a la publicidad y al markerting.
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