¡OJO, que la estupidez se abre paso!

Escribe: Alberto Morales

La pregunta es: ¿habrá una crisis de la inteligencia?

Mire usted qué cosa complicada: Se está hablando en los tiempos de la posmodernidad de la denominada  “crisis de la razón”. Es la consecuencia de los estragos de la brutal mercantilización que invade todas las esferas, incluso las esferas  del pensamiento.

De esto, de la manera como el pensamiento se ha venido extraviando, es de lo que quiero hablar hoy.

Las tesis que en el pasado parecían tener algún fundamento, son hoy objeto de burla. Se van disolviendo los encuadres del discurso y la globalización no solo lo llena todo de ambigüedades sino que todo lo desterritorializa.   Así, caminamos entonces bajo la férula del desencanto.   

Claudia Yarza lo plantea muy bien: “en la idea de que el mundo entero está virtualmente soldado en un sistema del que nadie puede desacoplarse, la filosofía parece retroceder”.

Expresado en términos pragmáticos, pareciera  que el pensamiento se extraviara  y perdiera su capacidad de crítica.

Nietzsche, que a uno se le antojaba tan lejano, da la impresión de  haber tenido toda la razón cuando afirmó de manera categórica: “el mundo verdadero finalmente se convertirá en una fábula”.

La anulación de la distancia crítica y el populismo estético que caracteriza a la posmodernidad, han logrado un consenso de dimensiones brutales. Todo el mundo está de acuerdo. Las grandes mayorías están de acuerdo. “Si a todo” es la consigna.

En la década de los 70, el pensamiento crítico parecía florecer. Las ideologías rebullían y el disentir hacía parte de la vida diaria.

No se nos pasaba por la cabeza que todo nuestro discurso fuera una palabra llamada a sucumbir. Estábamos seguros de que estábamos transformando al mundo, que lo íbamos a lograr.

Pero de repente, casi sin darnos cuenta, los sujetos del discurso terminamos devorados por los objetos, sucumbimos y nos cosificamos. Nos despeñamos por el atolladero.

Pero bueno, que un “Yuppie” carezca de pensamiento crítico merced a todo lo que representa su sistema de creencias, su fiebre exitista, su afán desmedido, vaya y pase, pero que “incluso en la teoría- como dice Slajov Zizek- ocurra que los estudiosos realizan cada vez menos trabajo teórico sustancial y se limitan a redactar breves intervenciones en las que sobre todo despliegan su ansiedad por seguir las últimas tendencias teóricas” es ya un fenómeno que mete miedo.

Metiéndonos en honduras, podría afirmarse que una de las secuelas más graves de este fenómeno de extravío es la “despolitización de la política”.

Ya la política ha perdido la capacidad de “llevar a la manifestación pública el diferendo y el litigio”.

Jacques Ranciere, actúa como el último de los mohicanos cuando aclara:

“Esta mimesis corporativa de la política, legitimada por una mensurabilidad técnico mediática de la población, hace desaparecer el “demos” mientras aligera a los gobiernos la toma de decisiones”

El imperio de la encuesta obstaculiza el debate, impone el consenso. Para la muestra este país en donde la venta del “efecto teflón”, tan publicitado, tan construido, tan convertido en relato dominante, termina por imponerse como verdad indiscutible, como axioma, como la nueva realidad.

El “fin de las ideologías” termina siendo el único discurso aceptado. El más cómodo. ¡Para qué carajos ponernos a pensar?

Esta Claudia Yarza que mencioné

 en un principio, Argentina ella, licenciada en Filosofía y con una maestría en Ciencias sociales, ayuda a entenderlo todo en uno de sus más brillantes ensayos, cuando concluye:

“Pensar es hacerse responsable de lo pensado: intentar transcribir los sentidos que están ya inscriptos en el corazón del presente. Como hubiese dicho Hegel, si la realidad está escindida es porque clama por su concepto; la llegada del capitalismo global y su ideología de la no-ideología, de la no-crítica, del no- fundamento, claman por su desenmascaramiento. La llegada del nihilismo es lo más tenebroso puesto que nos pone frente a nuestra disolución…”.

Habrá que llenarnos de valor, habrá que volver a empezar… 

 

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4 Comments

  • Diego Largacha , octubre 10, 2008 @ 3:23 pm

    “Despolitización de la Política”, me trae a la mente “Política para Amador” de Fernando Savater, finalmente diría que el rumbo de este Barco esta en manos de depredadores. Antes que La Política Ya no existen Hombres Políticos.

    Se me enredan las neuronas con esta terminología cargada de terminos tecnico-sicologico-filosófico-antropológicos-etc.-etc.

    Si sabes, por lo tanto podes enseñarme. Entonces aprhenderé a Levantarme, Comer, Producir, Desechar, Hacer que vivo con esta nueva “M” llamada “Comunicación Perceptual”.

    Soy ignorantemente enseñable, ahhh?

  • moralesc , octubre 11, 2008 @ 4:45 pm

    Imagínate que lo que estamos diciendo es que no hay ninguna decisión que uno tome, ya sea de consumo, política, religiosa, afectiva, que no tenga que ver con el SISTEMA DE CREENCIAS.
    “Yo creo que me queda mejor el verde”, “yo creo que este político dice las cosas mejor”, “yo creo que esa es la mujer de mi vida”.
    Y entonces cuando le preguntas ¿porqué crees eso? te responden: “no se, simplemente lo creo”
    Pero siempre hay una razón. El sistema de creencias se empieza a formar desde la cultura.
    Decimos que las culturas “construyen” creencias y orientan decisiones.
    Desde el punto de vista de la comunicación publicitaria si tu descifras los códigos de TU cultura, el mensaje será tanto más certero. Eso es.

  • DIEGO ALBERTO , octubre 15, 2008 @ 1:33 pm

    Alberto,

    “Uno es promedio del contexto que lo rodea”

    “La Cultura construye creencias y orienta decisiones”, aunque esto me suena a movimiento de masas, sí, sinembargo somos un todo dentro de un todo, quiero decir, nuestra cultura personal es, valga la redundancia, un cultivo de lo que seremos finalmente, nuestra esencia cognoscitiva, física, moral, espiritual, política, etc., y en este a su vez depende de factores externos.

    ¿Habrá crisis de inteligencia?, como dice Claudi Yarza, pensar en ser responsables de lo pensado, igual somos responsables de la crisis o no crisis. escuchamos la palabra “Crisis” entramos en pánico y salimos en estampida, masas, diría yo que allí está le verdadera crisis, pues, si tenemos criterio, debemos ser críticos, analíticos y protestar cuando sea necesario, cuando no estemos de acuerdo, no dejarnos arrastras inocuos.

  • moralesc , octubre 15, 2008 @ 8:12 pm

    Si, si, si.
    Somos lo que pensamos. Todas nuestras acciones no son gratuitas, son producto de lo aprendido aún en contra de nuestra voluntad. Me parece fascinante incorporar a todo este cuento la palabra responsabilidad. Saber responder por lo que hacemos y aún por lo que dejamos de hacer es un signo de inteligencia. Esa es la crisis.

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