La campaña “amigos” de Bavaria.

Tengo que confesar que esta campaña en la que existe la intención institucional de generar empatía con la marca desde la argumentación de la amistad, me genera sentimientos equívocos.

Estos dos hombres que son los únicos habitantes del pueblo y que desarrollan sus vidas en función el uno del otro, me generan la impresión de ser una pareja estable que ha decidido vivir en su paraiso.

Hay un término de rigurosa aplicación en los mensajes publicitarios y que es común que olviden los “creativos”: verosimilitud. El mensaje tiene que ser verosimil.

García Marquez explicaba que tuvo  muchas dificultades para que Remedios la Bella en Cien Años de Soledad, se elevara al cielo en cuerpo y alma. Por más que intentaba en la narración, Remedios no se elevaba. La verosimilitud ingresó a la historia cuando empezó a agitarse un ventarrón. Fue el viento el que elevó las sábanas en el patio y tras ella elevó a Remedios.

Si no hay verosimilitud el mensaje no genera empatía.

Tengo dudas en el sentido de que la campaña de Bavaria esté cumpliendo su objetivo…

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