Ardid estratégico con conciencia social
Por: Dannisol A.B
Las marcas ecológicas son aquellas que dentro de su desarrollo incluyen un componente de tipo ambiental, que buscan resaltar cualidades del producto o la compañía como si fuesen amigos del medio ambiente.
Su potencial se encuentra en la difusión del mensaje, cuya comunicación contribuye a la construcción de una “conciencia ecológica colectiva” en los consumidores, con la idea de que el producto que están comprando no contamina, ni destruye su hábitat.
Como las marcas se mueven a partir de percepciones[i], su reconocimiento a partir de aspectos ecológicos, toma mayor fuerza entre los Clientes-consumidores y no consumidores, que desde sus sistemas de creencias se identifican con la protección del planeta tierra y por ende avalan y apoyan la implementación de prácticas sociales y empresariales responsables con el ambiente.
En este sentido se refuerza la idea del consumo responsable y se gesta la convicción de “salvadores del mundo”, concepto que han sabido explotar con creatividad, (en su momento) diferentes empresas como Nike, Johnson & Johnson, Dove, HSBC y Starbucks, entre otra más, innovando e investigando bajo las consignas verdes de reutilizar, reciclar y rehusar.
De esta manera, las marcas garantizan fidelización y ganan más adeptos, gracias a la certificación de los sellos verdes, la publicación de sus procesos libres de contaminación y amigables con el medio ambiente, y los productos orgánicos-biodegradables.
La publicidad le ha dado continuidad a dicha tendencia inspirada en la sostenibilidad y la innovación.
Sin embargo, existen marcas que abusan de las creencias con los conceptos “eco, bio o amigable” pues no son transparentes, en la información que publicitan, como lo denunció Green Peace contra la multinacional de Coca Cola y Petrolera Shell.
Es aquí donde una “marca eco” no tiene sentido y pierde credibilidad, pues su práctica empresarial y social no es congruente con una misión sostenible y, en las palabras de moda, “verde”.
Aunque lo eco engancha, atrae y potencializa el mercado, una marca mentirosa corre el riesgo, tarde o temprano, de quedarse sin prestigio y derrochar la poca dignidad que le queda, haciendo publicidad engañosa para aminorar las críticas y las suspicacias de los propios consumidores.
Pese a ser una medida de contingencia y desesperada, es relativamente válida en la inmediatez de los medios si tienes el dinero para solventarla, sin embargo, el consumidor responsable e inteligente deja de percibir la marca, ya no se identifica con ella, no la reconoce y devalúa su desempeño.
No obstante, las tendencias eco representan un compromiso real y crítico con la protección del planeta. El que una empresa, marca o persona lo asuma, significa una responsabilidad ética y moral con la sociedad y EL FUTURO.
Teniendo en cuenta que los consumidores de ayer, son los cultumidores de hoy, será imposible evitar que la idea de “proteger el planeta” prevalezca a la hora de comprar, consumir un producto o elegir una marca.
[i] http://moralescom.com/nos-diferencia/inteligencia-de-marca/