Es tiempo de balances
Acabó el año y comienzan una serie de evaluaciones de lo ocurrido. En casi todos los medios hacen un recuento de las personas que dijeron adiós, de lo que fue noticia y lo que eran las expectativas.
¿Qué nos sorprendió del 2012 en Colombia y en el mundo?, ¿Qué nos provee el futuro?
Son las inquietudes que surgen alrededor del inevitable balance de fin de año.
En Colombia particularmente, se lamenta:
- El fallecimiento de grandes “personajes” como Bernardo Hoyos, Mónica Agudelo, Ernesto McCausland, entre otras más personalidades, que desde su experticia aportaron al desarrollo y crecimiento de la cultura.
- La corrupción de la mano de los carruseles que se convirtieron en un sinnúmero de tropezones que no le han permitido al Estado ser coherente, ni mucho menos ecuánime a la hora de gobernar.
- El Congreso de la Republica que se empeñó en demostrar su incongruencia para legislar burlando la “soberanía democrática” con “micos” y reformas mal interpretadas
- El fallo de la Haya que concluyó en la pérdida de mar territorial ante el Estado nicaragüense y sus consecuencias diplomáticas que dejan finalmente en entredicho la idea de marca país
Sin embargo, del 2012 hay que resaltar:
- La representación deportiva en los juegos olímpicos de Londres con la medalla de oro obtenida por Mariana Pajón en la competencia femenina de BMX
- El inicio de las negociaciones de Paz, proceso que inevitablemente será tema recurrente en el 2013 con los recelos y dudas que se ciñen sobre los actores del conflicto que poca credibilidad poseen.
Ante este panorama ¿porqué no reflexionar?, entre los hechos positivos y negativos no hay equilibrio.
El Estado colombiano en el 2013 debe superar inteligentemente y con acciones el fallo de la Haya, entre otras cosas, una cuota muy alta de corrupción: la falta de ética de sus funcionarios, el clientelismo en el Congreso, la reelección corrupta del procurador, los bloques monopolizadores de las contrataciones y la ineficacia administrativa.
Hasta ahí sus “mayores problemas”. Aunque a esto podemos sumar la falta de información y comunicación imparcial, pues los medios de comunicación y en general el periodismo actual tienen precio.
Los medios se encuentran minados de opiniones desinformadoras, prebendas y pautas publicitarias que finalmente hacen cuestionable “la labor social, veraz y oportuna” que promulgan los mismos.
Casos como: Pacific Rubiales en el 2012 que después de las constantes denuncias públicas paso a ser aliado estratégico de los medios con la publicidad “Pacific es Colombia”. O en la actualidad, lo ocurrido con las basuras en Bogotá donde poca claridad hubo sobre el “proyecto de culturización y reciclaje” que supuestamente generaría empleo para dicho sector con la desprivatización, se convirtió en una noticia de agitadores donde no se dio oportunidad al proceso sólo se mitificaron los hechos y se cerraron a la falta de burocracia y experiencia administrativa del alcalde Petro. Al final el tiempo mostrará si fue falta de voluntad o conspiración.
Ambos hechos ilustran como la labor periodística se deteriora, lo que hace preguntar en este 2013
¿cuál será la tendencia de los “Mass Medias” colombianos?
¿Informar de manera imparcial? ¿Promocionar información? ¿Crear corrientes de opinión? o ¿promover opiniones? Quizá ¿investigar?
Finalmente, lo sabremos en 12 meses cuando escuchemos en la radio, leamos el periódico y veamos la televisión o el internet los resúmenes de los fracasos y los aciertos, y si estamos vivos observemos lo que ocurre a nuestro alrededor.
Por el momento todo parece un lugar común.