La iconicidad de una marca es clave para hacer Marketing
Escribe: Dannisol A.B
El desarrollo del mercado y la necesidad de innovar han llevado al hombre a probar su creatividad en los negocios, apostándole a los imaginarios y percepciones que se entretejen alrededor de una marca y su iconicidad.
Particularmente, la RAE tiene cuatro definiciones para un “ícono”. La que más se acerca al concepto estratégico de marketing, presupone a este como un “signo que mantiene una relación de semejanza con el objeto que representa”; en este caso, la inmortalidad de un hecho, una idea o producto puede materializarse a través de un sinnúmero de imágenes que no sólo cumplen con un papel referencial sino que generan, en determinadas ocasiones, identidad.
Dichas representaciones terminan constituyéndose en un mercado potencial y sin duda, en un estilo de vida.
Es así como nacen los “iconos mercantiles”, imágenes con historia que se perpetúan y entronizan en la cotidianidad de las personas, dejando de ser una necesidad de consumo para volcarse en una idea de satisfacción y gusto.
Un ejemplo de ello son las motocicletas Harley Davidson, los productos realizados con el retrato de personajes “épicos” o imágenes religiosas; todos, de alguna manera, simbolizan o representan algo que la gente quiere o desea, algo con lo que buscan identificarse.
En este sentido, la marca Harley Davidson con su publicidad ha vendido a la gente, más que un medio de transporte, el estatus de una vida diferente, una vida con “estilo.”
Igualmente sucede con los productos que compramos retratados de personajes como el Che Guevara, Mao Tse Tung , Eisntein y hasta Pablo Escobar, entre otros más. Estos representan parte de las idiosincrasias positivas y negativas con las que se forjaron nuestros sistemas de creencias.
Por ello, intuitivamente la imagen del Che Guevara en camisas o mugs, alude una ideología política, justa y equitativa. En resumen, él encarnó una filosofía libertaria y socialista antiburócrata. Cualquiera que se presuma activista, de hecho o de corazón, querrá siempre un objeto que le hable del Che o Mao Tse Tung; y si admira el delito, quizás busque algo de Escobar.
En cuanto a las imágenes religiosas, definitivamente estas son adquiridas como símbolo de fe, la gente los compra con el fin de pregonar su credo ante su círculo social.
De aquí que resulta muy interesante e imperativo para cualquier marca trabajar en su imagen, ya que a través del ícono, de una manera creativa y estratégica, se hacen diferenciales y pueden formar rasgos tan característicos que complementan la personalidad de la marca y alimentan la percepción que los distintos públicos posean de la misma.
Un ejemplo de ello es Coca Cola con su propuesta navideña (el oso polar) y su idea de felicidad en cada una de sus activaciones y spots; otra es Rolex, que con su visión de la excelencia y el éxito en el tiempo ofrece elegancia y distinción para un público de condiciones económicas elevadas, con ansias de ser ilustres y lideres destacados, o Nike, que es asociada directamente a la cultura deportiva, la salud a través del deporte y el buen estado físico.
En este orden de ideas, no todas las marcas que se encuentran en el mercado son icónicas aunque sean líderes en sus campos de acción, pero para sobrevivir a las dinámicas de la economía y la cultura, han tenido que humanizarse construyéndose una personalidad. ¿Tu empresa /marca o producto ya cuenta con ella?
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