Escribe: Dannisol A.B
El éxito de la primera impresión se encuentra en la intención comunicativa“La primera impresión es la que cuenta” es una expresión que hemos escuchado y, sin importar si es un encuentro romántico, social o laboral, ésta ha sido la frase de batalla para el primer diálogo o la presentación de algo o alguien.
En general, cuando “la primera impresión es lo que cuenta” si eres chica o chico debes estar impecable, desde la punta del cabello hasta los pies, lucir limpio en tu ropa y modos de comportamiento y reflejar audazmente valores que generen credibilidad, simpatía y confianza, ya sea porque busques empleo o pareja. Sin embargo, si la idea no es lo anterior y lo que buscas es una relación comercial o empresarial en beneficio de un negocio o proyecto, tu presentación corporativa debe gozar de coherencia, ser totalmente transparente y comprensible ante los ojos de los interlocutores, además de motivadora, convincente y directa.
El éxito estará asegurado si cautivas desde el mismo instante en que comienzas.
En este sentido, una primera impresión positiva y determinante es ideal para que cualquier propuesta impacte, capture la atención del público y no sólo se lleve aplausos.
Bien dicen que pocas veces hay oportunidades para una segunda impresión, para establecer una conexión visual, producir empatia y sentir afinidad. Hay que tener en cuenta que sólo es un instante no mayor a 10 segundos para que la razón y la emoción procesen y analicen en conjunto lo que ven, escuchan y perciben.
Prueba de ello son los resultados de los estudios de Albert Mehrabian, profesor de UCLA y Especialista en Comunicación Interpersonal, los cuales sostienen que el contacto visual está representado en un 55%, el impacto auditivo o vocal por 38% y el lenguaje verbal por el 7% de la comunicación del perceptor-receptor, es decir, en el primer encuentro prestamos atención a un todo e instantáneamente a los gestos, la ropa, la apariencia, la actitud, la voz, el tono y la expresión.
En consecuencia, la primera interacción nutre el imaginario de las personas, construyendo así las bases de la experiencia comunicativa y los prejuicios o desaciertos de la percepción de las relaciones humanas momentáneas e interpersonales.
Ten presente que para causar una buena impresión se debe considerar la intención comunicativa, por ejemplo, ¿qué mensaje desea que se perciba?, ¿cómo quiere que se le reconozca o qué quiere que recuerden?, ¿qué quiere que piensen?, entre muchos otros cuestionamientos que fortalecerán las probabilidades de un impacto positivo.
Sin lugar a dudas, siempre será clave el entusiasmo, la seguridad y el conocimiento que proyecte. No lo olvide.
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