Escribe: Alberto Morales
Si algo tenemos que hacer las empresas de comunicación estratégica en escenarios como el que estamos viviendo, es prestar una particular atención a cómo se mueve el entorno, cuál es la respuesta de los consumidores, cómo operan los estímulos, que acciones innovadoras hay que emprender.
Causa una cierta lástima el desespero de algunos anunciantes que esperan ingenuamente lograr resultados de la práctica de fórmulas decadentes.
Para la muestra los volantes.
¿Quién los lee?, ¿cuál es la actitud de la gente cuando los recibe?.
¿No ha visto usted la displicencia de los conductores frente a la polución de basura que se le entrega en los semáforos?
¿No ha sido usted víctima de los correos basura, no los ha arrojado usted al cesto sin leerlos?
El escenario de guerra es propicio para la innovación. Nuestro desespero debe ser la búsqueda de alternativas.
Se nos ha encomendado una estrategia para la prevención de la sífilis congénita y hemos propuesto la utilización de grafitis. Pero no grafitis artísticos, no. Hemos propuesto recurrir a las viejas plantillas de la década del 70 para tomarnos las calles populares.
Es una cosa extraña. Vamos a ver cómo nos va.