Escribe: Alberto Morales
Tal vez una de las muestras más representativas de lo que significa la Comunicación Perceptual es el trabajo realizado por nosotros en torno al tema de la Anorexibulimia en la ciudad de Medellín.
Tal vez una de las muestras más representativas de lo que significa la Comunicación Perceptual es el trabajo realizado por nosotros en torno al tema de la Anorexibulimia en la ciudad de Medellín.
Se trata de un trabajo que reúne tres características fundamentales:
1. Fue producto de una actividad interdisciplinaria.
2. No se resignó sólo al territorio de la comunicación. Se asumió desde un principio como una estrategia integral.
3. Apuntó de manera contundente a replantear creencias.
Lo interdisciplinario.
Un equipo liderado por la médica siquiatra Lucrecia Ramírez y en el que participaban sicólogas, nutricionistas, y otras especialistas médicas, venía trabajando el tema desde la Universidad de Antioquia, liderando investigaciones dentro de grupos de alto riesgo, fundamentalmente adolescentes.
Nuestra Agencia se integra al grupo e inicia una activa participación en el diseño de la estrategia.
Es la experiencia interdisciplinaria la que permite tener una mirada más amplia y esclarecer cómo lo que anida en el “relato dominante” de la delgadez extrema es un proyecto económico, político y social de gran envergadura.
Así mismo, la indagación realizada en torno a los procesos de comunicación que históricamente se habían difundido en torno al tema, permitió descubrir que los dos aspectos dominantes de esa comunicación se centraban en asumir equivocadamente que el único público objetivo eran las mujeres adolescentes y que el leit motiv de los mensajes era: ya “informar” sobre los efectos físicos que la anorexia producía en las enfermas o acudir a que se “tomara conciencia” sobre la necesidad de alimentarse bien.
La Comunicación Perceptual, por el contrario, abrió un espacio gigantesco de discusión en la perspectiva de los sistemas de creencias.
Así, la profundización en torno al significado del proyecto económico hizo emerger el hecho de que la delgadez extrema es un negocio formidable que mueve en el mundo miles y miles de millones de dólares para las arcas de la industria de los alimentos light, la industria editorial, los medios de comunicación masiva, la industria de la moda y la industria de la salud. Sectores económicos que se benefician de esa “estética femenina” y consecuencialmente la impulsan, la difunden y la sustentan.
Yendo más allá, el descubrimiento en el sentido de que en la delgadez extrema subyace así mismo un proyecto político y social fue revelador.
Ocurre en efecto que condenar a la mujer a ser esclava de su figura es un ejercicio de dominación. La estética de la delgadez extrema “corta las alas” a la independencia y la autonomía femeninas.
Ellas, que han ganado todos los espacios económicos, políticos y profesionales, sienten repelidos sus triunfos por la dictadura de la delgadez extrema.
El discurso según el cual sólo las delgadas extremas son bellas, triunfadoras, deseadas, es desde luego una infamia que se opone a la verdad objetiva de que las siluetas femeninas son diversas.
El ejercicio de la Comunicación Perceptual permitió entender la visión estratégica que en su conjunto debería implementar la lucha contra la anorexibulimia.
1. Un trabajo dirigido a preparar multiplicadores de la “contracultura”.
2. Diseño de cartillas y material de apoyo para los talleres con públicos adultos, básicamente maestros y personal de la salud.
3. Creación de componentes y redes.
4. Impulso de foros de discusión con los multiplicadores de lo que denominamos el “proyecto delgadez”: La industria de la moda, los medios de comunicación masiva, el sector de la salud, el sector editorial, los padres de familia y los estudiantes.
5. Una campaña de expectativa para poner en la cresta de la ola de la opinión pública el tema de “cómo nos vemos, cómo nos ven, cómo nos queremos ver”.
6. Una fase de la comunicación dedicada exclusivamente a denunciar el carácter de “conspiración económica” que anida en esa estética femenina que se quiere imponer a la mujer de hoy.
7. Una segunda fase orientada a romper el sistema de creencias que el proyecto delgadez ha convertido en “relato dominante”: Sólo las delgadas triunfan, sólo las delgadas son bellas”.
8. Una fase orientada a esclarecer cómo todos somos responsables de difundir el proyecto delgadez: “estás muy gorda”, “mija hunda la barriga” “a las gorditas no las quiere sino la mamá”.
Es para nosotros la fase más impactante, en tanto los comerciales y anuncios reflejan escenas de la vida diaria en las que papás, mamás, tías, hermanos y amigos acosan a la adolescente para que sea extremadamente delgada. Todos somos cómplices de la conspiración.
9. Una fase que muestra las prácticas enfermas que se asumen como prácticas de la vida cotidiana dentro del proyecto delgadez: Sólo se habla de la figura, las medidas se convierten en obsesión, la gente se ve más gorda en el espejo…
10. La fase final es un grito de independencia bajo el leit motiv de “yo valgo por lo que soy”. Se trata de una relación de actos de autonomía.
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Y mientras la campaña transcurre, el impulso de foros, movilizaciones, compromisos firmados y pactados entre sectores económicos, impulso de políticas estatales.
Fue un ejercicio apasionante que se encuentra hoy en fase de evaluación.