Escribe: Alberto Morales
David Wells está muy contento con el comercial del Banco de Colombia, dice que lo puso sentimental y si, pareciera que ese es el objetivo de la tendencia emocional en algunos de los comerciales que se están viendo por estos días.
No es una tendencia muy original ciertamente. A principios de la década del 80, en algún Congreso de la Publicidad en Cartagena, coincidieron en esa teoría dos invitados: un español y una estadounidence . Decían que había que “retribuirle” a cada televidente el hecho de que nos estuviera viendo y que, como no se le podía entregar dinero a cada uno, pues que les pagáramos con emociones. Y ahí fue Troya!
Todos nos fuimos para las agencias a “cranear” publicidad emocional conforme lo estaban haciendo Pepsi, Cocacola, los jabones, los bancos, los supermercados en EEUU y Europa.
Y entonces sí, gozamos mucho, se hicieran piezas francamente interesantes que lograban el cometido de ponerle a la gente la piel de gallina y hacerle un nudo en la garganta. Sólo que el balance no fue bueno. Se hablaba de los comerciales: “¿Ya viste el de los caballos y el niño?”, “viste el del partido de beisbol”, si hermoso, pero la gente tenía dificultad en recordar cuál era la marca que estaba refrendando esas hermosuras. La moda duró poco y hoy esos comerciales son sólo anécdotas.
No alcanzo a entender cuál es el objetivo del comercial del Banco de Colombia, qué comunica, hacia dónde va. Desde luego, por estos días en que hay tan baja pauta el comercial es muy visible pero, qué desencadena en la mente del consumidor?
Salvo elevar el ego del creativo a esferas impensables,¿ qué hace este comercial por la marca?, en serio, ¿qué hace?.