Escribe: Dannisol A.B.
El exceso cansa, aburre y exaspera en cualquier sentido o aspecto, por ello sorprende la constante intromisión de la publicidad. ¿Cómo pueden pensar que es efectivo irrumpir en la atención del internauta?
Incluso es absurdo que se usen softwares maliciosos para promocionar productos o marcas; el uso de “malware” no es una estrategia ni una herramienta para el desarrollo de una publicidad o comunicación responsable y efectiva.
Entiéndase que los malwares son códigos maliciosos que en principio se han presumido como virus en los sistemas y en realidad, son programas informáticos amenazantes con fines dañinos. Entonces, ¿cómo surge lo que hoy se ha mal llamado “malware” de publicidad?
No se si han notado las carcajadas de un bebé o el rugido de un león cada 10 o 20 segundos, cuando tratas de ver un vídeo, escuchar música o leer en la web. La primera vez te intrigas por descubrir de dónde viene el “sonidito”, pero después de un minuto te cansas de escucharlo, se vuelve un RUIDO molesto y fastidioso, hasta te encuentras un anuncio que ni siquiera está compuesto de una pieza gráfica visualmente atractiva.
A decir verdad, los malware de publicidad son desagradables y estresantes, al punto de creer que es inescrupuloso, poco ético e irracional optar por dicha práctica que lejos de ser publicitaria, es intrusiva, agresiva, exasperante y perturbadora.
Más allá del mal gusto estratégico y creativo de este tipo de “acciones publicitarias”, se nota la carencia de recursos para el desarrollo de la marca o producto. Inclusive, es menos beneficioso porque fácilmente puede dudarse de la calidad y legalidad de los mismos.
Ahora, con la reputación que precede a los “malware”, ¿qué empresa o marca seria arriesgaría su imagen y prestigio a través de estos?, ¿a qué se deben estas medidas tan desesperadas?
¿Qué opinas?.