[et_pb_section admin_label=”section”][et_pb_row admin_label=”row”][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text admin_label=”Texto” background_layout=”light” text_orientation=”left” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”]
Escribe:@losinnad
El silencio ha sido permisivo con el acoso y el abuso.
El silencio está sobrecogido de miedo e indignación.
El silencio calla un sentimiento y oculta la verdad.
El silencio se vuelve vergüenza y culpa.
El silencio nos hace ajenos.
El silencio se convierte en indiferencia.
El silencio con todo su miedo, oscuridad y zozobra, se hace cómplice de la maldad, de los perturbados, irrespetuosos, sucios, inconscientes y perversos seres que desconocen el respeto, que pisotean la vida y destruyen los sueños de quienes están a su alrededor.
El silencio no borra los hechos, ni las sensaciones, ni los sentimientos; él no olvida.
El silencio solo les da la oportunidad de lastimar y herir a alguien más.
El silencio los ayuda a ser mucho más malos…
#MeToo #YoTambién
a
Esto es lo maravilloso de la comunicación en la era digital: visibilizar a través de las redes sociales un secreto a gritos, una situación que ahoga a más de un centenar de mujeres en el mundo, una voz con múltiples ecos que recorre continentes diciéndole a todos que también ha sido irrespetada, violentada en su confianza y en su autoestima.
Nada es infalible a la naturaleza humana y mucho menos a su necesidad de comunicarse, de expresar lo que le ocurre, lo que quiere y necesita. En ese sentido las redes sociales se han convertido para algunas personas en un espacio idóneo, una opción viable de comunicación, otra posibilidad de contacto con el exterior.
#MeToo, replantea la ética, los códigos morales y creencias con las que vivimos, la forma en la que actuamos y el papel que hemos asumido frente a las problemáticas sociales e individuales del ser humano.
Una campaña que quizás no frene o elimine el problema, pero sí ponga en evidencia la magnitud y el alcance de este tipo de comportamientos que fragmentan a la sociedad y al hombre, cada vez más inconsciente, irracional, indiferente e inhumano.
En ninguna profesión, oficio, relación o trabajo se puede canjear el respeto ni la ética.
¿Será esto suficiente para tomar conciencia?
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