Escribe: Dannisol A.B
El cliente ideal vive y respira la marca, es aquel que se identifica con ella, la excusa si lo considera necesario, perdona sus equivocaciones y es capaz de hablar en nombre de la misma.
Las marcas se deben a sus consumidores, su objetivo principal es satisfacerlos; incluso en la misma medida que buscan captar la atención de otros nuevos clientes, trabajan para mantenerse vigentes en el mercado sin dejarse aplastar por la competencia.
Sin embargo, el agitado mundo moderno hace que los clientes no siempre sean fieles consumidores, pues en ocasiones pueden no estar conformes con todos los productos o no ser influyentes y ni mucho menos consumidores frecuentes. Por ello, las marcas, empresas u organizaciones deben enfocar parte de sus esfuerzos y desarrollos estratégicos para identificar cuál es su tipo de cliente, qué le produce satisfacción o inconformismo (si es el caso), cómo influyen o pueden llegar a hacerlo; y si lo que consumen o compran es ocasional, frecuente o habitual.
Verificar el tipo de fidelidad del consumidor puede brindar las herramientas necesarias y suficientes para analizar el alcance positivo y negativo de la marca y sus productos, además de ayudar en la toma de decisiones estratégicas al respecto y explorar nuevas posibilidades en el mercado.
Si bien, la relación de la marca-producto con respecto al cliente-consumo es implícitamente estratégica, busca la generación de empatía y afinidad, como cualquier par de seres vivientes que comparten un hábitat o se necesitan mutuamente, por lo tanto es primordial no eludir las quejas o errores, siempre es mejor hacerles frente, reconocer las fallas y corregirlas tan pronto sea posible, ya que esa conexión es potencialmente beneficiosa para la proyección de la marca y por ende de sus productos.
El cliente ideal tendrá posibilidades de existir, si además de interactuar con él se construye una comunicación capaz de fortalecer la evolución y el desarrollo de la marca conforme a las dinámicas de la cultura y el mercado. Así que todavía usted tiene la posibilidad de evaluar su entorno para canalizar sus productos y alcanzar el tan anhelado cliente ideal.
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